El día se va perdiendo en algún horizonte que no da a la ventana. Sobre ella, mis manos apoyadas son lo único capaz de empañar los cristales. Ya hay luces anaranjadas en la calle, mientras el calor se niega a abandonar el ambiente. En una ventana de enfrente alguien me mira por un segundo, pero yo sigo con la cabeza bajada y las manos en el cristal. No me importa.
Casi todas mis pertenencias están en el coche y el piso está vacío. Muy vacío. Estoy a punto de largarme y ni siquiera eso me anima. Quiero volver a mi tierra, pero algo me falta. No quiero dejar aquí nada. Sigo creyendo que esta ciudad me ha robado. Dejémoslo. Quizás lo que haya perdido ni siquiera esté aquí. Tampoco sé lo que busco. Alguna estupidez.
Oigo salvajes chirridos de neumáticos y veo dos coches salir a gran velocidad de la glorieta. Despierto. Estas cosas son habituales aquí, al igual que, como no, los accidentes. No me fijo en ningún transeúnte, hasta que milagrosamente reconozco a alguien. Es morena y muy guapa. No diré su nombre, pero sí que me lleva dos o tres años, y que una vez estuvo a punto de subir conmigo al piso. La causa de no haberlo hecho fué su cierta insistencia con "nunca lo hago en la primera cita". Al día siguiente marchó para Madrid. Después de más de seis meses la veo de nuevo, tras un cristal y sin ganas de nada. O con ganas de todo, pero sin humor para nada. Tengo su teléfono, pero no me molesto en complicarle la vida. No creo que se muera por verme.
Estoy harto. Quiero largarme ya. ¿Por qué tienen que quedar dos días? Ya sé que la mayoría de mis expectativas para este verano se irán a la real mierda (como siempre), pero no aguanto un minuto más aquí. Pienso demasiado. Siempre lo hice, pero aquí más. De pronto veo enfrente a una chica fumando por la ventana. Estaba mirándome hasta que la ví y apartó la mirada. Es guapa y la conozco de camarera en un pub. ¿Por qué no? Enciendo un cigarro y abro la ventana:
-¡Hola!- decimos los dos a la vez. Nos reímos.
-Esto sí es sincronismo- siempre mejor que las conversaciones sobre meteorología de los ascensores con los vecinos.
-Ya te digo-
-Me estaba aburriendo mucho. Aqui no hay nadie. Estar tan solo no es sano- se rió -¿No abriréis el pub hoy, no? Me pasaría de buena gana.-
-No, ya tengo bastante con los jueves. Luego mis compañeros tienen el turno de viernes y sábados.-
-Eso me da una idea de que sólo me interesa ir los jueves, ¿no?-
-Claro, chico, cuanta más caja conmigo mejor- se rió -Bueno, me llaman ¡Un beso! ¡Abur!- y se fué. No sé por qué me pondría a decir todo eso, no iría por el pub en ningún caso.
Seguiré en la ventana como si no tuviese otra cosa que hacer. Supongo que ahora me hago una idea de que lo que me falta no está en esta ciudad.
lunes, 28 de junio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
Mecánica de reflexión
Ya está apoyado sobre dos estructuras de ladrillo improvisadas. Creo que esa limpieza de bajos que le he hecho en la gasolinera es lo mejor que se me ha podido ocurrir. Al meterme debajo es un alivio no tener una intratable capa de barro y polvo entre mis manos y las piezas.
Esperaba encontrarme un cubrecárter pero no, todo al aire. No puedo evitar reírme. Es como una mujer vestida con falda pero sin ropa interior. No empecemos con similitudes, que voy a tener que pasar aquí debajo un buen rato y no me parezco en nada a un ginecólogo. La correa ya está desmontada y tengo la bomba de dirección proveniente de un desguace a un lado, lista para reemplazar a la original, que ya está demasiado gastada.
Para gastado yo. Al fin empieza el verano. Harto de exámenes y de Ferrol. Esa cuidad no es para mí. Físicamente cerca de casi todo lo que tenga que ver conmigo, pero al mismo tiempo tan lejos de todo lo que pienso. Desearía no tener que estudiar o trabajar en ninguna parte, o en cualquier lugar al mismo tiempo. Antes de seguir dándole vueltas a esto mejor echarle la culpa a Ferrol. Posiblemente sea la causa y consecuencia de todo lo que haya hecho mal recientemente. Da igual, ahora estoy lejos. No demasiado, pero lejos. Este año ha sido algo más nutrido que el pasado, aunque poco menos deprimente. Incluso he llegado a contentarme con todo lo que estaba haciendo, aunque fuera por poco tiempo. Es necesario que pase tiempo allí, me prepara para todo. Pero si todo va a ser así prefiero buscarme la vida de otra forma. Me deprime. Me quita las ganas hasta de hablar. Es el lugar donde nunca intentaré ligar, no vaya a ser que ella sea de Ferrol y tenga que ir más veces. Ni con esas creo que fuese a conseguir tenerle cariño a esa ciudad. Ni el mejor beso lo conseguiría.
Besos, un tema interesante. ¿Que es un buen beso? Sinceramente creo que cada uno tiene su ritmo y sus maneras, fruto de la imaginación y la experiencia. Hay besos suaves, besos fuertes, con mayor "rotación", más húmedos, más secos, más de lengua, más de labios, más de dientes, más ruidosos, más discretos, más de "dejarse las cervicales, más sosegados, más de "que te como", auténticos mordiscos (igual de eficaces pero algo más dolorosos)... todo un repertorio. Al final todo empieza con un "beso estándar" que sirve de "a ver que es lo que le gusta", o "¿empezaré yo?". Tonterías, al menos yo nunca me he puesto a pensar todo esto al empezar a besar, aunque si después de un rato, pero así de raro soy.
Siguiendo con la tarea, supongo que tocaría vaciar el circuito hidráulico de la dirección, pero como no tengo ni idea de si hay un tornillo específico para eso, desenchufo directamente uno de los tubos que tiene conectados la bomba y dejo caer el aceite en una garrafa de agua vacía (evidentemente). Al hacerlo me manché un poco los dedos con el aceite. ¿Y que? ¿A alguien le importa? Me han dicho que use guantes, pero bastante hay que aguantar ya con los condones. El tacto es importante, y aqui no hay riesgo de tener hijos ni enfermedades de transmisión sexual. Yo creo que los que están en contra del uso de los preservativos, aunque no lo digan, lo hacen por tacto y no por ideas. Siendo así estoy de acuerdo.
He desconectado ya todo y estoy quitando el último tornillo para retirar la pieza. Empiezo a colocar la nueva. Sencillamente prefiero estar aquí ahora mismo que por ahí con la gente. Hay veces que es mejor estar solo. Ahora mismo no me apetece hablar. Me imagino la voz de una chica: "¿te lo pasas mejor con el coche que conmigo?". La respuesta es no, pero visto el historial, él aguanta más tiempo conmigo, asique hay que cuidarlo. Al menos a él no le dejo la posibilidad de largarse y dejarme tirado.
Esperaba encontrarme un cubrecárter pero no, todo al aire. No puedo evitar reírme. Es como una mujer vestida con falda pero sin ropa interior. No empecemos con similitudes, que voy a tener que pasar aquí debajo un buen rato y no me parezco en nada a un ginecólogo. La correa ya está desmontada y tengo la bomba de dirección proveniente de un desguace a un lado, lista para reemplazar a la original, que ya está demasiado gastada.
Para gastado yo. Al fin empieza el verano. Harto de exámenes y de Ferrol. Esa cuidad no es para mí. Físicamente cerca de casi todo lo que tenga que ver conmigo, pero al mismo tiempo tan lejos de todo lo que pienso. Desearía no tener que estudiar o trabajar en ninguna parte, o en cualquier lugar al mismo tiempo. Antes de seguir dándole vueltas a esto mejor echarle la culpa a Ferrol. Posiblemente sea la causa y consecuencia de todo lo que haya hecho mal recientemente. Da igual, ahora estoy lejos. No demasiado, pero lejos. Este año ha sido algo más nutrido que el pasado, aunque poco menos deprimente. Incluso he llegado a contentarme con todo lo que estaba haciendo, aunque fuera por poco tiempo. Es necesario que pase tiempo allí, me prepara para todo. Pero si todo va a ser así prefiero buscarme la vida de otra forma. Me deprime. Me quita las ganas hasta de hablar. Es el lugar donde nunca intentaré ligar, no vaya a ser que ella sea de Ferrol y tenga que ir más veces. Ni con esas creo que fuese a conseguir tenerle cariño a esa ciudad. Ni el mejor beso lo conseguiría.
Besos, un tema interesante. ¿Que es un buen beso? Sinceramente creo que cada uno tiene su ritmo y sus maneras, fruto de la imaginación y la experiencia. Hay besos suaves, besos fuertes, con mayor "rotación", más húmedos, más secos, más de lengua, más de labios, más de dientes, más ruidosos, más discretos, más de "dejarse las cervicales, más sosegados, más de "que te como", auténticos mordiscos (igual de eficaces pero algo más dolorosos)... todo un repertorio. Al final todo empieza con un "beso estándar" que sirve de "a ver que es lo que le gusta", o "¿empezaré yo?". Tonterías, al menos yo nunca me he puesto a pensar todo esto al empezar a besar, aunque si después de un rato, pero así de raro soy.
Siguiendo con la tarea, supongo que tocaría vaciar el circuito hidráulico de la dirección, pero como no tengo ni idea de si hay un tornillo específico para eso, desenchufo directamente uno de los tubos que tiene conectados la bomba y dejo caer el aceite en una garrafa de agua vacía (evidentemente). Al hacerlo me manché un poco los dedos con el aceite. ¿Y que? ¿A alguien le importa? Me han dicho que use guantes, pero bastante hay que aguantar ya con los condones. El tacto es importante, y aqui no hay riesgo de tener hijos ni enfermedades de transmisión sexual. Yo creo que los que están en contra del uso de los preservativos, aunque no lo digan, lo hacen por tacto y no por ideas. Siendo así estoy de acuerdo.
He desconectado ya todo y estoy quitando el último tornillo para retirar la pieza. Empiezo a colocar la nueva. Sencillamente prefiero estar aquí ahora mismo que por ahí con la gente. Hay veces que es mejor estar solo. Ahora mismo no me apetece hablar. Me imagino la voz de una chica: "¿te lo pasas mejor con el coche que conmigo?". La respuesta es no, pero visto el historial, él aguanta más tiempo conmigo, asique hay que cuidarlo. Al menos a él no le dejo la posibilidad de largarse y dejarme tirado.
¿Qué es perfecto?
Cambias una palabra, cambias una idea. Cambias una idea y cambias un manifiesto. Nadie escribe perfecto. El que diga que si miente, y si además habla de sí mismo, peca de orgullo infundado. Cualquiera puede expresar sus ideas de forma clara, incluso retórica, pero nunca perfecta. No conseguirá que el lector sienta lo que uno desea porque siempre habrá un margen de error. Es lógico, cada lector es distinto.
Si hay cualquier resquicio que, a tu modo de ver, falte o sobre en un texto que tú hayas escrito, cámbialo sin dudarlo. Sabes que más tarde cambiarías más cosas, pero estarás mucho más satisfecho de lo que has dejado atrás. Lo que piensas cambia constantemente. Lo que escribes es permanente. Si te tomas tu tiempo, la riqueza de tu obra crece. Más palabras no son más ideas, simplemente más tiempo que el lector tenga que gastar leyendo, cuando estaría mejor invertirlo en hacerle pensar y sentir. Por eso no sólo se debe escribir lo que se piensa, sino también pensar lo que se escribe. Lo cerca que pueda estar de las ideas aquello que está escrito es la unidad de medida de la calidad, y debe aproximarse a los sentimientos del lector, hacerlos seguir la corriente de las palabras. Si lo consigues, puedes estar satisfecho. No busques la perfecta armonía donde no la hay, pues ni la mente ni el lenguaje son herramientas de precisión.
Si hay cualquier resquicio que, a tu modo de ver, falte o sobre en un texto que tú hayas escrito, cámbialo sin dudarlo. Sabes que más tarde cambiarías más cosas, pero estarás mucho más satisfecho de lo que has dejado atrás. Lo que piensas cambia constantemente. Lo que escribes es permanente. Si te tomas tu tiempo, la riqueza de tu obra crece. Más palabras no son más ideas, simplemente más tiempo que el lector tenga que gastar leyendo, cuando estaría mejor invertirlo en hacerle pensar y sentir. Por eso no sólo se debe escribir lo que se piensa, sino también pensar lo que se escribe. Lo cerca que pueda estar de las ideas aquello que está escrito es la unidad de medida de la calidad, y debe aproximarse a los sentimientos del lector, hacerlos seguir la corriente de las palabras. Si lo consigues, puedes estar satisfecho. No busques la perfecta armonía donde no la hay, pues ni la mente ni el lenguaje son herramientas de precisión.
Presentación
Hola a todos.
Bien, me voy enterando un poco de como funciona esto de los blogs. No tiene mucha ciencia por lo que veo.
Antes de nada agradecer las felicitaciones de Tania Menéndez y Alfredo Blanco, y por supuesto la idea de crear un blog, cosa de Mario Meitín. Los tres sois la causa de que empiece con esto. Ya cosa de más tiempo atrás agradezco a Denís Martín y Rebeca Fernández el hecho de convencerme para que mis textos dejasen de acabar en la papelera de reciclaje y pudiesen ver la luz uno a uno.
Así de raro soy, escribía y escribía para mis adentros y poco después destruía todo. Aún lo hago a veces, hay cosas que no merece la pena conservar. No por ser comprometidas ni carecer de valor, sino que no quiero publicar y punto.
¿Por qué "¿Por qué no ser realistas?"? Porque me gusta la realidad, cruel y despiadada. Porque me gustaría reírme de todo lo malo que me ocurre, y lo digo por mí, porque ya hay suficientes que se ríen del mal de otros. Porque me gusta el constante conflicto de la realidad con la mente, sin profundizar demasiado en ninguna de las dos. Porque al escribir ahogo el dolor con las yemas de mis dedos y es reconfortante. Porque no hay nadie capaz de dejar de lado la realidad. Porque si consigo mezclar el lenguaje, la percepción y las ideas, todo esto será real.
Bien, me voy enterando un poco de como funciona esto de los blogs. No tiene mucha ciencia por lo que veo.
Antes de nada agradecer las felicitaciones de Tania Menéndez y Alfredo Blanco, y por supuesto la idea de crear un blog, cosa de Mario Meitín. Los tres sois la causa de que empiece con esto. Ya cosa de más tiempo atrás agradezco a Denís Martín y Rebeca Fernández el hecho de convencerme para que mis textos dejasen de acabar en la papelera de reciclaje y pudiesen ver la luz uno a uno.
Así de raro soy, escribía y escribía para mis adentros y poco después destruía todo. Aún lo hago a veces, hay cosas que no merece la pena conservar. No por ser comprometidas ni carecer de valor, sino que no quiero publicar y punto.
¿Por qué "¿Por qué no ser realistas?"? Porque me gusta la realidad, cruel y despiadada. Porque me gustaría reírme de todo lo malo que me ocurre, y lo digo por mí, porque ya hay suficientes que se ríen del mal de otros. Porque me gusta el constante conflicto de la realidad con la mente, sin profundizar demasiado en ninguna de las dos. Porque al escribir ahogo el dolor con las yemas de mis dedos y es reconfortante. Porque no hay nadie capaz de dejar de lado la realidad. Porque si consigo mezclar el lenguaje, la percepción y las ideas, todo esto será real.
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